Conexión Ganadera: Caorsi dice que hubo coimas a funcionarios para hacer maniobras en MGAP

El asesor indicó que, a través del estudio de Basso, se pagaba para cambiaba las guías o el número de registro del ganado en el ministerio.

El asesor financiero que lleva meses escribiendo columnas para La Mañana sobre Conexión Financiera publicó este sábado un artículo en el que ahonda en los préstamos “usureros” que daba el difunto exsocio de la firma Gustavo Basso a dos empresas.

Asimismo, plantea que para realizar sus maniobras Basso se valía de la ayuda de funcionarios del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, aunque no da nombres.

Caorsi comienza retomando que “Basso tenía dos hipotecas en Fricasa (Frigorífico Casa Blanca) por más de US$ 25 millones, a devolver a 15 años”.

“Basso recibía dinero de varios destinos, gente de Florida de su confianza, productores paraguayos e inversores de países de la región. Algunas veces para invertir en Conexión Ganadera, en otras para buscar oportunidades. Ahí la práctica era tomar el dinero y entregar un cheque a seis meses con un interés ligeramente superior a la inflación”, describió.

Luego indicó que “ese dinero se prestaba a productores y empresas que luego se terminaban convirtiendo en las ‘oportunidades’ que ofrecía Gustavo Basso”. “Por ejemplo, un tambero le pedía animales y dinero a Basso, este no podía pagar y Basso ejecutaba la deuda. Ese tambo era luego ofrecido en su totalidad o en parte a alguno de los tenedores de sus cheques”, ilustró.

Así, sumó, “personas que no sabían qué hacer con su dinero a los seis meses, renovaban el cheque o se hacían de un pedazo de campo, un tambo o una vivienda que había sido adquirida por Basso con esta modalidad”.

En este punto mencionó a una segunda empresa: Gladenur S.A. Sobre esta reveló que “es propiedad de Mohammad Issam Hijazi, directivo de la Sociedad de Criadores de Caballos Árabes del Uruguay”. “Esta empresa figura como tomadora de Conexión Ganadera en más de treinta contratos, pero su rol principal es el de exportar ganado en pie”, comenzó.

“Para Gladenur lo más importante era el volumen de ganado y no medía en pagar un poco más por el mismo. Es una empresa de referencia y cumplir con sus mercados es la clave. Gladenur tiene fama de pagar a sus proveedores entre a seis y doce meses. Un embarque de ganado puede llegar a valer entre US$ 10 y 15 millones”, contó para explicar el por qué de su asociación con Basso.

Caorsi planteó que “hay varios escritorios” que querrían vender el ganado de Gladenur, “más teniendo en cuenta que las comisiones rondan los US$ 300 mil por mes” y, a su vez, se comisionaba “por intermediar en la compraventa de ganado”. “Había un escritorio que podía, quizás porque no utilizaba dinero propio, era el escritorio Gustavo Basso Negocios Rurales. Para que se tome dimensión: Basso no solo cobraba entre US$ 30 y 40 cada 1.000 en comisión, sino que compraba el ganado a US$ 700 y Gladenur lo vendía a mil dólares y por esos mil cobraría el 1.5% mensual aproximadamente”, razonó.

“Un negocio muy rentable. ¿Esos 15 millones que Basso utilizaba para esa operación no serían de Conexión Ganadera?, quizás Alfredo Rava lo podría explicar”, se preguntó.

Caorsi escribió que “Montasser Mohamed Ben Daya es el gerente general y quien figura en todas las operativas de Gladenur”.

Según el asesor si bien “las cuarentenas, o días de acopio, del ganado antes de salir del país, son de 45 días”, “se pagaba una coima a los directores zonales y/o a los jefes de servicios ganaderos departamentales del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca para sacarlo a los 10 días y, de esa forma, la empresa se ahorraba mucho dinero” porque “el acopio se hace en establecimientos que funcionan como ‘hoteles de animales’”.

“Estos funcionarios del MGAP son los encargados, entre otras cosas, del control de la vacunación del ganado. Deberían de tener idea de cuántas cabezas de ganado hay en los establecimientos de sus zonas”, aclaró.

Entonces dijo que “un exempleado de Conexión Ganadera” le reveló que, “por ejemplo, LV, de una oficina regional del MGAP, llamaba por teléfono y cambiaba las guías del ganado o cambiaba el número de Dicose [División de Contralor de Semovientes] en el SNIG [Sistema Nacional de Información Ganadera]”, lanzó, en referencia a modificaciones en los registros únicos para el seguimiento y control de los ganados.

“El jueves pasado en una audiencia en Fiscalía se le mostró a Diego Quiroga, encargado de la trazabilidad del ganado en CG, una serie de contratos y facturas por ganado no comprado. ¿Ese dinero no habrá ido a hacer negocios con Fricasa o Gladenur, por ejemplo, a tazas de usura?”, apuntó.

Montevideo Portal

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