Secuelas del covid pueden extenderse tres meses después de la infección
De un cohorte de 38 hospitales de EE.UU que presentaron resultados a los 60 días de 1250 pacientes covid dados de alta con vida de cuidados críticos, el 6,7% falleció y un 15,1% necesitó readmisión; un 32,6% relató persistencia de síntomas, en orden de frecuencia: disnea, tos y perdida de gusto y olfato.
Otro estudio de la localidad china Wuhan, que evaluó consecuencias a largo plazo de cuadros de covid-19, revela que un 76% de los casos analizados relata al menos un síntoma. Un 63% fatiga, ausencia o disminución de fuerzas, un 26% dificultades en el sueño y un 23% depresión.
Los datos surgen del último informe publicado por el GACH sobre el impacto de la pandemia en la salud y refiere a patologías secuelares inespecíficas del sars cov 2, esto es aquellas que son comunes a otras infecciones, fundamentalmente virales, que se han visto en otras epidemias por coronavirus, como el SARS en 2003 o el MERS en 2012. Estas secuelas pueden extenderse más allá de las 12 semanas de haber cursado la enfermedad y su persistencia a largo plazo ha sido asociado a pacientes que estuvieron en CTI, principalmente aquellos que debieron ser asistidos con ventilación mecánica.
“Los hallazgos muestran que más allá de la enfermedad aguda sobrevivientes de COVID-19 experimentan una carga sustancial de pérdida de salud, que abarca varios sistemas de órganos (pulmonares y extrapulmonares)”, señalan los científicos en el documento. “Más allá de los primeros 30 días de enfermedad, exhibe un mayor riesgo de muerte y utilización de recursos de salud, como la necesidad de uso significativamente mayor de múltiples fármacos, como antidepresivos, analgésicos opioides y no opioides, antihipertensivos e hipoglucemiantes. Fatiga, disnea, dolor torácico, alteraciones cognitivas, artralgias y deterioro de la calidad de vida son síntomas reportados como efectos residuales de la infección”.
El estudio, coordinado por Hamlet Suárez, analiza secuelas en pacientes que tuvieron covid y sobre patologías no covid, vinculadas a la disminución de consultas o la implementación de la telemedicina como medida para contener los contagios.
En la salud uruguaya hay consenso en la necesidad de un retorno paulatino a las consultas presenciales, al tiempo que comienzan a implementarse servicios de atención y rehabilitación poscovid.
Entre las patologías secuelares específicas se han identificado la neumonitis crónica, inflamación de mioacrdio, arritmias y dentro de las secuelas neuropsiquiátricas “presentaciones polisintomáticas como mialgias difusas, síntomas depresivos, alteraciones del sueño de grado variable y cefaleas migrañosas, todas atribuidas a niveles altos de citosinas (…) Se describen distintos niveles de deterioro cognitivo que pueden ser fluctuantes, caracterizados por confusión mental, (brain fog), déficit en la concentracion, memoria, lenguaje receptivo y/o función ejecutiva”.
Respecto a las secuelas no covid, vinculadas a la afectación de la asistencia por medidas establecidas para frenar el aumento de contagios, el GACH sostiene que todas las áreas se han visto afectadas. “Algunas ya conocidas actualmente y otras estimadas que aparecerán en un futuro próximo. La pandemia generada por el SARS CoV-2 impactó en la asistencia de pacientes con enfermedades no transmisibles de manera no homogénea y también en algunas transmisibles como la tuberculosis, vinculadas a la no presencialidad en la asistencia”. En febrero, el GACH publicó un informe específico sobre el impacto de la pandemia en las ENT, en el que recomendaba retomar las consultas presenciales.
El nuevo informe sostiene que hay consenso en la necesidad de ir recuperando a presencialidad del paciente, para recomponer el nivel asistencial. “Usando en una primera etapa sistemas híbridos, en los que lo presencial y remoto sea determinado por el médico tratante y un control estricto de los aforos en las instituciones de asistencia médica”.
